El intercambio de un bien entre agentes independientes constituye una transacción. Por lo tanto, una transacción conlleva la transferencia del derecho de utilización del bien. Las transacciones en economía vienen determinadas por la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. El conjunto de actividades necesarias para la producción, distribución y comercialización de un bien puede hacerse total o parcialmente por agentes independientes, produciéndose la coordinación a través de transacciones de mercado. En la medida en que parte de o todas estas actividades intermedias se coordinen por una unidad jerárquicamente superior, en la que se ha delegado la función coordinadora por quienes podrán actuar individual e independientemente, se produce un proceso de interiorización de transacciones que, en principio, podrían ser desarrolladas exógenamente por el mercado. La elección entre una y otra alternativa vendrá condicionada por los costes de transacción asociados y constituye en sí misma, según un determinado cuerpo de doctrina, la esencia de la naturaleza de la empresa.
Incertidumbre, racionalidad limitada y oportunismo son circunstancias asociadas al modo o mecanismo de gobierno de los intercambios. La empresa nace para hacer frente a la incertidumbre, reducir los límites a la racionalidad individual y minimizar o neutralizar los factores adversos que se puedan producir en situaciones oportunistas derivadas de la existencia de asimetría de información entre las partes de una transacción. Existen comportamientos oportunistas cuando se oculta información para aprovecharse de las situaciones, facilitando información parcial o sesgada según le interese al agente oportunista. Esta ocultación de información puede producirse antes del intercambio, dando lugar a la selección adversa, o con posterioridad al acuerdo, creándose una situación de riesgo moral.
El coste es la expresión monetaria resultante de la valoración de los consumos necesarios para la producción, distribución y comercialización de bienes y servicios. En este sentido, puede argumentarse que los costes de transacción han de venir cuantificados por la valoración de los consumos necesarios para la realización del intercambio. Son costes asociados al modelo adoptado para organizar los intercambios, en la producción y en el consumo.
Desde el punto de vista del consumidor (comprador), los costes de transacción vendrán determinados por el coste de oportunidad asociado a la búsqueda, evaluación y negociación realizadas con anterioridad a la compra en sí, así como los relativos a la incertidumbre sobre las prestaciones del producto y a la necesidad que provocó su adquisición. De otra parte, y asociado con esta última característica y con las propias cualidades del producto, se podría computar el coste post-compra que conlleva el mantenimiento del bien en condiciones óptimas o adecuadas para el consumo.
Los costes de transacción para el productor (vendedor) son los que conlleva la coordinación de inputs en la cadena de valor, tanto interna como externa a la empresa. Así, conceptos asociados a las transacciones son la búsqueda de factores, bienes y servicios intermedios o los derivados de la calidad y de la gestión de la incertidumbre.
Los costes de transacción para la empresa pueden ser endógenos o exógenos.
Los primeros, que también podemos denominar costes burocráticos, son los derivados de la coordinación jerarquizada de las actividades internas; mientras que los segundos se producen como consecuencia de las transacciones externas (en el mercado). La cuantía y naturaleza de unos y otros depende de cada empresa, sector y país en que se desarrollen las actividades.
En general, los costes de transacción pueden tipificarse de la siguiente manera:
- Costes de información. Derivados de la búsqueda, identificación y comunicación entre comprador y vendedor. El producto ha de satisfacer las expectativas de los consumidores.
- Costes de negociación. Conducen a establecer las condiciones y cláusulas del contrato que define la transacción y sus implicaciones.
- Dentro de este concepto, podríamos hablar de costes exógenos, para referirnos a los asociados a la creación y mantenimiento de los mercados organizados 8bolsa de valores, mercados de futuros de mercancías y financieros, mercado de opciones, etc.)
- Costes de distancias espaciales. Derivados del uso de los sistemas de transporte y de comunicaciones.
- Costes de garantía. Recogen los costes derivados de vigilar y asegurar el cumplimiento de lo estipulado y de protección de las consecuencias negativas del incumplimiento. En este contexto, los seguros, al igual que otros mecanismos institucionales, son mecanismos diseñados para diversificar, neutralizar, eliminar o reasignar riesgos de los agentes individuales que operan en el mercado.
Aunque la cuantificación y contrastación empírica de los costes de transacción no resulta sencilla, su análisis y entendimiento es de gran utilidad para la comprensión del comportamiento dinámico de la empresa y del mercado como mecanismos competitivos y, a la vez, complementarios en la asignación de recursos en una economía. Existen decisiones empresariales que obviamente no se fundamentan en la minimización de los costes de transacción, sino más bien en consideraciones estratégicas de la empresa. Es más, como planteamiento general y como tendencia observada en la economía actual, se puede afirmar que la empresa en sus decisiones, en general, y a largo plazo, en particular, pretende mantener y mejorar sus ventajas competitivas como medio que le permita no sólo sobrevivir, sino expansionarse y obtener el máximo excedente posible.
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